Comprendiendo el pensamiento del adolescente

Autor: Astrid Dauson
A continuación, se presenta un caso hipotético de un adolescente, en el que se busca reflejar como afecta este nuevo contexto, al desarrollo del pensamiento de Simona como adolescente, a la luz de los conceptos del desarrollo cognitivo y los procesos de pensamiento según la formulación de Piaget.
Ahora es pertinente tener claridad como es el proceso del pensamiento formal en la adolescencia. Este inicia en la etapa de los 12 a los 18 años, y en su proceso pasa de un pensamiento concreto a un pensamiento formal, que va evolucionando a través de las diferentes etapas, definidas como: Adolescencia inicial que va de los 11 a los 14 años, siguiendo con la Adolescencia media-tardía, que se da de los 15 a los 17 años y finalmente, la Adultez emergente delimitada entre los 18 a los 21 años.
En este caso hipotético, Simona es una adolescente de 16 años, que vive con sus padres, su papa es profesor universitario, y su mama es independiente y trabaja desde casa. Simona está en grado 10° y tiene muchos compañeros, pero solo comparte con su mejor amiga Claudia, que también va en su curso. Su forma de pensar viene evolucionando y Simona ha empezado a cuestionarse acerca de temas más profundos y filosóficos de la vida, analizando las situaciones a través de su propio código ético. Se enfoca en saber quien es ella y que es lo que quiere y para esto hace planes a largo plazo para poder llegar a donde quiere.
Y aunque se ve madura, en su interior se siente incomprendida por sus padres y maestros, también en algunas ocasiones se siente sola, aunque no lo esté. Cuando sale con su amiga no comparte con otros jóvenes porque siente que la juzgan por su ropa y su apariencia. Le gusta un chico de su clase, pero el no le presta atención y ella siente que es a la única persona que le pasa y esto le produce mucha ansiedad. Algunas veces se mete en problemas porque ella cree que todo lo puede hacer y que nada va le pasar, por esta razón a tenidos algunos accidentes e inconvenientes en el colegio.
Sus padres entienden la complejidad de la etapa que esta atravesando y procuran tener con ella un canal de comunicación abierto y sin juicios, donde ella puede expresar todo lo que piensa y siente, respecto a cualquier tema, porque no tienen ningún tema tabú. De esta manera, Simona ha desarrollado su propio criterio e ideas. Sus padres han tenido un papel muy importante en motivarla a estudiar una carrera más adelante, resaltando sus buenas decisiones y apoyándola en las cosas que no salen bien. Este apoyo le ha permitido a Simona, ir madurando su pensamiento a su ritmo, con la aceptación y la seguridad que su familia le provee.
El en caso hipotético se evidencia, de manera general, como el pensamiento formal fluye en el adolescente y al respecto, Delgado Egido, B. (2009) nos muestra como Piaget presenta las operaciones formales como el último período del desarrollo del pensamiento, en otras palabras, la forma de pensamiento más compleja que una persona puede tener. Este periodo inicia entre los 11 y 12 años y va evolucionando hasta 18 o 21 años.
Al respecto encontramos que el pensamiento abstracto es uno de los cambios más significativos de esta etapa, pues le permite al adolescente despegarse de la realidad, y desde allí, plantearse y resolver los problemas basado en lo abstracto. En esta misma línea encontramos la hipótesis, que se muestra a través de la concepción de alternativas posibles en un plano abstracto, que se pueden poner a prueba y verificar si son verdaderas o falsas, llegando al razonamiento hipotético-deductivo. Todo lo anterior se basa en la capacidad de concebir lo que podría ser, de lo que es posible y de lo ideal. (Delgado Egido, B. 2009). Así las cosas, el pensamiento formal se caracteriza porque: “Resuelve problemas planteando hipótesis, razona sobre lo posible, incorpora conocimiento previo, razonamiento verbal, combina elementos de forma sistemática, aislamiento de factores, lógica proposicional y razonamiento hipotético-deductivo” (Delgado Egido, B. 2009, pág. 104).
También es importante hablar de los rasgos del pensamiento adolescente, que nos ayudan a entender su comportamiento. En primer lugar, nos encontramos con el egocentrismo, definido como la manera como el adolescente se considera “más esencial en la vida social de lo que es” (Hernández, Oscar G. 2017, pág. 10), por esta razón se siente incomprendido y solo. Otro rasgo, es la invencibilidad, que tiene que ver con el convencimiento que tienen los adolescentes, de que ellos no pueden ser víctimas; es decir, saben de los riesgos, pero tienen la sensación que a ellos no les pasara nada. En este punto entra en juego, la fábula personal con “la concepción de sí mismos como seres únicos, excepcionales e irrepetibles” (Delgado Egido, B. 2009, pág. 110).
Por último, encontramos el rasgo de la audiencia imaginaria, frente a la cual los adolescentes actúan, en otras palabras, creen que todos los observan y les preocupa mucho lo que piensan los demás, también su apariencia es muy importante y creen que es lo que mas le importa a la gente.
En conclusión, tener una visión mas clara de como evoluciona el pensamiento formal en el adolescente, nos permite entender sus retos, sus cambios de humor, la manera en que toma decisiones y por qué. También evidenciamos la importancia que tiene el entorno, en el desarrollo cognitivo de los adolescentes, pues a través de la comprensión, escucha activa y aceptación, por parte de sus padres y de los adultos cercanos, como los maestros, es posible potencializar la evolución formal del pensamiento, hasta llegar a ser un adulto a nivel social.

Referencias
* Delgado Egido, B. (2009). Psicología del desarrollo: desde la infancia a la vejez. Volumen 2. McGraw-Hill España. Recuperado de: https://elibro.net/es/lc/biblioibero/titulos/50174
* Hernández, Oscar G. (2017) Documento Explicativo Curso “Psicología De La Infancia Y La Adolescencia”. Recuperado de: https://aulavirtual.ibero.edu.co/repositorio/Cursos-Matriz/Psicología/Psicologia-de-lainfancia-y-adolescencia/MD/Documento%20orientador%20.doc.pdf

¿Que es la Inteligencia Emocional?

Autor: Astrid Dauson
Nuestra meta es hacer que cuidar de tu bienestar emocional sea fácil y Rafael Bisquerra, reconocido por su trabajo en inteligencia emocional, propone un enfoque integral basado en cinco competencias esenciales: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, competencia social y competencias para la vida y el bienestar.
La conciencia emocional nos permite entender y reconocer nuestras propias emociones, así como las de los demás, lo que facilita relaciones más empáticas y efectivas. La regulación emocional nos capacita para manejar nuestras emociones de manera adecuada, evitando que nos dominen y afecten nuestras acciones y relaciones. La autonomía emocional nos brinda la capacidad de gestionar nuestras emociones de manera independiente, promoviendo la autoestima, la automotivación y la resiliencia ante los desafíos de la vida.
Por otro lado, la competencia social nos ayuda a establecer y mantener relaciones positivas, desarrollando habilidades de comunicación, empatía, respeto y resolución de conflictos. Finalmente, las competencias para la vida y el bienestar nos guían en la fijación de metas, la toma de decisiones, la búsqueda de ayuda y recursos, y la participación activa en la sociedad, promoviendo así un sentido de propósito y satisfacción personal.
En conjunto, estas competencias nos capacitan para vivir una vida más equilibrada, plena y satisfactoria, fortaleciendo nuestro bienestar emocional y nuestra capacidad para enfrentar los desafíos del día a día con confianza y resiliencia.

Referencia
Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Síntesis.